14 abril 2010

La puerta de la verja

Eso fue todo lo que oyó, porque lo empujaron afuera sin brusquedad, pero con firmeza. Bajó los escalones de piedra. Sentía un torbellino en la cabeza. Y al llegar a la verja de oro se volvió por última vez. Debía de ser maravilloso estar todos juntos de ese modo, con alguien que te mime en una jaulita calentita y llena de amor. De nuevo emprendió el camino del pueblo. Los otros no lo habían esperado. Detrás de él, la verja, quizás empujada por una corriente de aire, volvió a cerrarse con un fuerte chasquido. El viento pasaba por entre los cerrojos.

El arrancacorazones, Boris Vian.
Editorial Tusquets.
Traducción de Jordi Martí

Está en la lista de libros más que ilustrables.
(Llegado el caso, con ilustraciones no recicladas)

10 comentarios:

Doña Trico Tricotosa dijo...

precioso

Nader dijo...

Precioso, Sara. Precioso.

aitana carrasco dijo...

oh... me encanta Boris Vian

María Díaz Perera dijo...

fantástica imagen para ese bonito texto :_) Me encanta, Sara...

heredizante dijo...

todos necesitamos de nuestra jaulita. la moldeamos a nuestro modo pera convertirla en lo que queremos... aunque confieso que tu jaulita arbórea sería un buen lugar para estarse un tiempo...

Iban Barrenetxea dijo...

Morante, a ver si es verdad y algún día te cae algo de Vian.

Muy expresivo tu árbol enjaulado. Curiosamente esa puerta abierta no supone un gran consuelo, parece como si fuera a cerrarse en cualquier momento; o peor aún, como si ya no importase.

Sara Morante dijo...

Gracias, gracias a todos/as.
Boris Vian es grande, sí.

Iban, y qué más da si está abierta o cerrada, si por ahí no cabe ni podándolo :D
Es una jaula de oro, no hay que olvidar eso.

Besos!!!

uve dijo...

de oro...pero jaula al fin y al cabo!

Giraluna dijo...

Maravilloso tándem… Morante-Vian

Besos ;)

Sara Morante dijo...

:) Mariola, gracias.
Uve, pues sí, cierto es...


Gracias por la visita!