Un escalofrío delicado

Hace unos días le pedí a Alfonso Brezmes que escribiera unas líneas sobre mi trabajo, es lo que yo llamo poner a alguien en un compromiso...

Me sorprendió con esta maravilla que creo que supera muy mucho a mi trabajo, diga lo que diga. Desde aquí, infinitas gracias.

Aquellos que os queráis perder dentro de una casa y escuchar las historias que cuentan las fotografías de Alfonso Brezmes (algunas hablan bajito y otras más alto) os recomiendo una visita. Describir su trabajo es bien difícil; sólo me salen palabras sueltas, debe de ser porque cada vez que vuelvo a ver alguna de sus imágenes me quedo como si nunca antes lo hubiera hecho y así es imposible articular frases.

Inquietante, bello, irónico, sincero, imposible, onírico...

ooOoo

Un escalofrío delicado

Entrar en el mundo mágico de Sara Morante es abrir la portezuela de una madriguera oculta en un viejo tronco de un árbol ,que da paso a una sala de maravillas iluminada por luces indirectas que no se sabe muy bien de dónde salen. Hay un algo de abracadabra en estos dibujos milimétricamente perfectos: apenas se acierta a intuir si es poesía, extrañeza, originalidad, misterio o un poco de todo eso revuelto, pero lo cierto es que nadie es inmune a su veneno. Frente a ese lenguaje intraducible no hay antídoto que valga, porque el efecto es inmediato. Una imagen, dos, no hacen falta tres: ya estamos dentro... Pájaros, palabras, jaulas, mujeres, cabezas de las que nacen árboles de los que brotan rostros, mudos o tristes, pájaros, hombres, un disparo, otro enigma, aquel batir de alas invisibles que se escapan... Del pálpito brutal al latido silencioso, el hilo que nos conduce por este universo singular y único es acaso un escalofrío delicado, ese dulce veneno de cuyos perniciosos efectos jamás querríamos despertar. Luego, la portezuela se abre, y hemos de salir de nuevo. Pero ya el maleficio ha obrado su efecto, y nosotros, los de antes, ya no somos los mismos...

Alfonso Brezmes